La comunicación, esencial en cualquier relación, también es fuente de respeto. Si sabemos escuchar a los demás, sabremos ponernos en su lugar y tener conversaciones fructíferas de las que aprender. Además, dedicar nuestro tiempo a escuchar a otros es otra forma estupenda de mostrar respeto, pues estamos también diciendo que nos interesa lo que nos tiene que contar. Por todo ello, enseña a tus hijos a escuchar: que dejen las nuevas tecnologías por un ratito de vez en cuando y se centre en esuchar y ser escuchado.
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